5.9.10


Soledad y penumbra tomaban mi mente. Inadvertida en aquel sueño empecé a caminar.
El viento soplaba fuerte. Era un viento frío y helado, lo sentía en la piel pero mi cuerpo no sentía aquel frío. Era como si supiera que hacía frío pero no lo sintiece.
A lo lejos estaba todo obscuro, con mucha neblina. De repente relampagueaban imágenes y recuerdos. Momentos de risas y llantos. Cosas de las que ni yo me acordaba.
Comprendí, estaba en mi mente.
Llegué a un momento cercano a mi presente. Llovía, tronaba y relampagueaban más imágenes. Flashes de recuerdos. Dolorosos recuerdos.
Corrompida por los nervios y el temor, me inundó la desesperación. Lloraba, gritaba, daba vueltas y corría a ninguna parte. No entendía, no entendía nada. No podía pensar. Solo tenía ansias de despertar, de encontrarme en mi casa.
Todo se puso más oscuro. Pero entre toda esa oscuridad había una luz.
Empapada en lágrimas y llovía corrí. Sin saber con qué me podía chocar corrí.
Corriendo tropecé y caí. Miré arriba, vi esa mirada, aquella mirada que me daba tanta calma. Supe que eras vos.
Había llegado mi calma, mi salvación… ahora quería despertar en tus brazos, o quedarme en este sueño por siempre…